sábado, 17 de julio de 2010

DOS DICTADORES Y SUS RESPECTIVA LICITACIONES


Corría la segunda mitad de 1995, la tranquilidad política había vuelto al nivel de siempre, de épocas no electorales, Fujimori hacía unos pocos meses había inaugurado un segundo gobierno dictatorial bajo el techo de la democracia. La experiencia de querer cambiar algo con nuestro voto en las urnas, ya no era siquiera tema de conversación, la rutina y nuestro quehacer diario eran más importantes ahora.

Recuerdo haber llegado tarde a clase un día de primavera, el profesor dictaba la clase de Investigación Operativa que al fondo poco o nada importaba. Godo, con su verbo fluido y con sus ideas a veces delirantes, explicaba que empresarios como aquel deberían hablarnos en vez de profesores que nunca habían pisado una fábrica, ni siquiera en visita guiada. La noche anterior en el programa de Cesar Hildebrandt, éste había entrevistado al Empresario Industrial y Judío Don Samuel Drassinower Katz, quien había deslumbrado a mi amigo. Godo había visto la luz y quería compartirla con todos, quería tenerlo en nuestro auditorio central para que todos lo escuchemos, eso es lo que necesitamos los industriales, gente que conoce, hacedores, constructores, grandes empresarios. Aún no conocía a Godo del todo y para esa época no sabía lo capaz que era, y más bien pensaba como todos, que los sueños son solo sueños, traer a un expositor a la universidad es cosa de nuestros formadores, para eso están, era mejor empezar a escuchar la clase que ya estaba por terminar.

Al día siguiente, fue mi amigo Godo quien llegó tarde, se lo veía alegre y a la vez con ese aire seguro de sí mismo. Ingresó al salón ignorando al profesor, e ignorándolo aún más, empezó a contarnos que lo había hecho, había conocido personalmente y se había entrevistado con el mismísimo Drassinower Katz, el encuentro no había durado mucho pues Don Samuel no acostumbraba atender sin previa cita, había hecho una excepción con él, una entrevista preliminar. Conociendo a Godo y por todo lo que contaba, deducía que ese encuentro no había sido menor a una hora. Debía pues hacer una cita para un encuentro ya formal y esta cita ya estaba concertada antes de entrar a clase. Quería que alguien lo acompañe para dar más credibilidad a su pedido que eran los estudiantes de ingeniería industrial de Villarreal, los que querían escuchar su sapiencia.

Dos días después me encontraba con mi amigo Godo entrevistándonos amenamente con Don Samuel, mientras disfrutábamos de una taza de té, en la habitación del asilo para judíos, escuchaba de empresas, sindicatos, políticas, economías, licitaciones, accionariados, quiebras, inversiones, fronteras, decisiones e inversiones que traspasan fronteras, del mundo más allá de Perú, innovaciones, desarrollo industrial, mujeres, educación… interrumpidas con el constante preguntar de Godo quien parecía querer extraer todo ese bagaje de sapiencia que salía de los labios del Empresario.

Convenimos, fiel a la tradición y al formalismo, que él, todo un personaje, profesor honorario de la UNMSM, debía recibir formalmente una invitación de nuestra universidad.

- Ahorita mismo, salimos y le hacemos una carta, Don Samuel –Dijo Godo.
- No, mi joven amigo. Necesito una invitación de sus autoridades ¿No están acaso ellos interesados más que ustedes?
- Claro Don Samuel, lo que queremos es ganar tiempo.

Don Samuel con su hablar tranquilo nos llevó con su verbo fluido por la importancia del formalismo, en su calidad de profesor honorario de San Marcos, debía comunicar su asistencia a Villarreal para una conferencia, aunque no necesitaba pedir permiso para ello, era su obligación informar de la invitación de otra universidad. Además, la prensa tenía que conocer de su presencia en la cátedra universitaria. Sus ex-empleados estarían gustosos de verlo nuevamente. Los dueños de Panamericana y América Televisión, que alguna vez había trabajado para él, en comerciales, en publicidad, había invertido millones con ellos. Ellos –dijo orgulloso- me trataban de Don. Ahora ustedes los ven arrogantes llamado Don a un Don nadie, solo por ser Presidente. Como a cambiado el Perú –reflexionó finalmente.

Al salir del asilo pregunté a Godo ¿y ahora qué hacemos? Lo que tenemos que hacer-respondió, con firmeza. Alzó la mano y paró un taxi, no quería perder tiempo. A la Av. Colonial -dijo. Llegamos y nuestras autoridades estaban en una reunión de consejo. Esperamos, esperamos y esperamos hasta cansarnos. Al salir, apresurados apenas si nos prestaron atención, una cita dijeron, para mañana una cita.

- Profesor nos puede atender –Entramos a la oficina del Director de Investigación (Para variar el profesor de la clase que Godo y demás ignoramos)
- Claro, pasen. Adelante

Brevemente le explicamos en que estábamos y la necesidad de la carta. Nos dijo que él podría hacer la carta como Director del Departamento de Investigación, no había ningún problema, pero antes debíamos coordinar la disposición del auditorio y la fecha del evento. Rápidamente Godo sacó un calendario de bolsillo y sin mucho meditar determinó la fecha. El auditorio profe, –dijo- siempre esta disponible.

Al otro día carta en mano. Godo fue a llevar la invitación. Pero esta vez Don Samuel había sido explicito con mi amigo, quería una invitación de la Universidad, firmada por el Rector o por el Decano de la Facultad. Y lo peor no fue eso. Godo ya había regresado y conversado con la Decana de la Facultad de Ingeniería Industrial, quién había dicho que primero debía saber el tema de la Conferencia. Y había dejado en duda la idoneidad de Don Samuel, por vivir en un asilo, por lo que la invitación debía ser entregada por el Director de Escuela, y en dicha entrevista acordar la fecha y demás detalles de la conferencia. Después de un nuevo encuentro con Don Samuel para explicarle, nuestro proceder –hasta ahora- y los “pequeños inconvenientes” que se habían presentado, obtuvimos una nueva cita para el Sub Director de Escuela.

De esa reunión recuerdo una frase que me marcaría para siempre “No sea Ud. Demagogo”, una frase bien dicha, con entonación, en el momento preciso (para mí no lo fue en ese entonces), contundente... pero mejor les explico el contexto de ella. Llegamos con nuestro Director de Escuela, después de las presentaciones y el formulismo, Don Samuel se interesó por saber más de Villarreal, así se enteró que nuestro Rector era un gran amigo de él.

- ¿Y qué le enseña su facultad a estos jóvenes empeñosos? –preguntó Don Samuel, mirándonos.
- Siguiendo los lineamientos de nuestro Rector –dijo el Director de Escuela- estamos abocados a los Niveles de Excelencia en nuestra Universidad.
- ¡Niveles de Excelencia!, ¿Qué es eso? – preguntó Don Samuel
- Niveles de excelencia –trató de responder sorprendido por la pregunta nuestro Director de Escuela- son lo que esperamos que nuestros jóvenes lleguen... La excelencia…
- Oiga ¡No sea Ud. demagogo! -lo interrumpió Don Samnuel- ¿Niveles de Excelencia? Que tonterías son esas, no engañe así a sus estudiantes, hábleme Ud. de sus laboratorios, de cómo hacen para hacer empresa, de sus investigaciones. ¡Niveles de Excelencia!, por favor. ¿Tienen Ustedes laboratorios?
- Sí, si tenemos, claro que tenemos…
- Pues hábleme de ellos, ¿Qué hacen?, ¿Qué investigación están realizando ahora?
- Estamos haciendo investigación, pero eso no puedo hablar por ahora… lo que quería saber Don Samuel, y para lo que he venido es para acordar con Ud. de que va a tratar el Tema de su conferencia.
- Por tratarse de estos jóvenes tan empeñosos, les voy a dar mi conferencia “Dos Dictadores y Sus Respectivas Licitaciones”.
- Y me puede decir de que trata ello.
- No, por supuesto que no.
- Bien –dijo anotando en su agenda, y entregándole la invitación- eso es todo, en breve estaremos poniéndonos en contacto con usted, para comunicarle la fecha y el lugar.

Salimos del asilo sin cursar palabras, paramos un taxi y enrúmbamos a nuestro local en la Av. Colonial. En el trayecto con Godo tratamos de apaciguar las cosas, explicándole que el tema de “Dos Dictadores y sus respectivas licitaciones” trataba de las decisiones empresariales que traspasan las fronteras, tal como nos había dicho don Samuel. Obviamente, el Director de Escuela apenas nos escuchó, nuestra suerte estaba echada. Pero nosotros, a estas alturas estábamos muy lejos de rendirnos.

- Profesor, entonces cuándo sabremos la fecha para comunicar a los compañeros -Preguntó Godo, al bajar del taxi.
- Déjeme conversar con nuestra decana, y les avisamos.

Pasaron los días y no había una respuesta directa de nuestra Decana. Hasta que de tanto insistir nos hizo pasar a su despacho donde nos dijo que la conferencia había sido suspendida por que la universidad, aduciendo que la Universidad no puede ser un “centro de debate político” y que nosotros éramos “soñadores pero poco prácticos”. Definitivamente el título propuesto por Don Samuel “Dos Dictadores …” había asustado a nuestra decana, aparte del “No sea Ud. demagogo”, que estábamos seguros no había contado nuestro querido profesor Director de Escuela.

Después de aquella reunión salimos desconcertados pero no vencidos ¿Y ahora qué hacemos? vamos a visitar a Don Samuel y que nos diga de que trata la conferencia para explicarle a la Decana. Don Samuel fiel a su estilo, no nos quiso revelar nada acerca del contenido de la conferencia, aclarándonos que muchas veces las decisiones de presidentes de diferentes países afectan las inversiones que el empresario puede hacer en su propio país; y mucho más si estos son dictadores. Nos aclaró eso sí, que uno de los dictadores era de Perú y el otro de un lugar de América. Obviamente no le dijimos que se había anulado la invitación. Por lo que le dimos vueltas a la fecha de la conferencia, que le urgía ya a Don Samuel para empezar a cursas sus propias invitaciones.

Con el profesor del Curso de Investigación Operativa, quedamos que la invitación ya no sería de la universidad sino un expositor del curso, y así acordamos la fecha, que era imposible seguir posponiéndole a Don Samuel, así la conferencia sería solo para los alumnos de clase y “algunos” cuantos que quisieran participar (además el salón del primer piso en el que recibíamos las clases tenía espacio de sobra para los “extras”).

Los días siguientes entre exámenes, trabajos y las clases (que ya habíamos perdido bastantes), se nos acercaron dos estudiantes del segundo año, miembros del consejo universitario, a quienes la Decana les había sugerido que conversaran con nosotros, pues teníamos ideas innovadoras para la Facultad. Por la pinta, la edad, el tono de sus preguntas, los rumores, y siempre encontrarlos en el patio antes o detrás de nosotros, nos dimos cuenta que llevaban las credenciales, en sus rostros, del Servicio de Inteligencia, que aún se mantenían infiltrados aquellos años. Por todo ello no nos quedó duda ya que el término “dictador” lo suponían para Fujimori, y como la universidad se mantenía alineada al régimen, como muchas otras instituciones. Veían imposible que alguien hablará del dictador Fujimori y menos que esté tuviera presencia en los medios de comunicación. A pesar que yo mantenía mis dudas, Godo estaba seguro que el “Dictador” no era Fujimori, así que seguimos para adelante.

Empezamos nuestras coordinaciones para cumplir con algunas exigencias de Don Samuel, una enfermera mínimo, para que lo atendiera, pues el sufría del corazón y no podía hacer mucho esfuerzo. También coordinamos, la grabación del evento, la realización de afiches, la atención en el ingreso y otros detalles con nuestros compañeros de clase, quienes también habían caído en el entusiasmo por la conferencia (y creo más aún sabiendo la negativa de nuestras autoridades).

Dos días antes del evento, en el patio la Decana se nos acercó.

- Les advierto a ustedes dos –dijo amenazante- que no sigan adelante con la conferencia. Es una orden de nuestro Rector. Quien a pedido además que si es necesario y llevan adelante la conferencia serán expulsados de la Universidad –dirigiéndose a los demás estudiantes del patio agregó- aquellos de sus compañeros que participen de la reunión, van a ser sancionados y si es necesario expulsados también.

Acto seguido se retiró sin dejarnos decir una palabra. Algunos de nuestros compañeros que ya nos estaban apoyando, definitivamente nos dijeron que no. La pregunta ¿Y ahora qué hacemos? volvió a inquietarnos nuevamente.
- ¿Seguimos? -Preguntó Godo.
- Seguimos –dije, aunque debo reconocer con mucho temor por lo que podría pasar, pero también que así nomás no se puede expulsar a un alumno, para eso hay reglamentos medite en silenció.
- Si me expulsan, que chucha, si voy a tener un título así, para que me sirve –agregó Godo.

Quedamos que el tema de la expulsión la dejábamos para después y que continuaríamos con la conferencia; lamentablemente nos quedamos casi sin apoyo y ya sin haber hecho la difusión correspondiente.

Buscamos al encargado de Disciplina y hacerle la consulta sobre las causas de una expulsión. Profesor queremos saber las causas de una expulsión y si se puede hacer porque uno convoque a una conferencia no autorizada por la universidad. Mientras el tema sea académico no lo pueden hacer, mientras no genere desorden y conflictos, tampoco. ¿Usted ha sido mi alumno? – preguntó dirigiéndose a mí. Claro profesor, en el primer ciclo, Administración de Empresas. Por mi mente pasó fugazmente mis 16 años y los tiempos de cachimbo. Preguntas –dijo el profesor- quiero que me hagan preguntas -haber dijo, dirigiéndose a mí, usted tiene cara del que hace preguntas, lo escuchamos, la verdad no atine a preguntarle nada, pues durante su clase mi mente había estado viajando por los laberintos de mi imaginación.

Después ya más tranquilos nos dirigimos a la Facultad de Ingeniería Geográfica, que quedaba en el pabellón continuo al nuestro, para solicitarles su auditorio en caso de ser necesario. Hablamos con el Director de Escuela y después de explicarle brevemente nuestros problemas, accedió a prestarnos el auditorio (pero ese sería nuestro lugar de contingencia, no sabíamos lo que podía pasar) el aula Nº 1, seguiría siendo el lugar de la conferencia. Seguidamente regresando a nuestro pabellón pasamos aula por aula invitando a todos a la conferencia, para la tarde algunos de nuestros compañeros habían vuelto a darnos su apoyo, así que partimos a buscar a Don Samuel. Al llegar con nuestro invitado y dirigiéndonos al aula Nº 1, nos sorprendió el apagón. Pero era sólo en el pabellón de ingeniería industrial. ¿Cómo pueden caer tan bajo? Personas así no merecen el mínimo de respeto. La Decana, quien también había sido mi profesora anteriormente, y considerada por muchos dentro del selecto grupo de “buenos profesores” había tocado fondo con su actitud, sorprendido por el repentino “apagón” recordé las palabras de motivación de la Decana mientras impartía sus clases, ¿Dónde quedaron aquellas palabras de ser líderes, de ser profesionales idóneos, comprometidos? “¡No sea Ud. demagogo!”. Demagogia, falta de coherencia. ¿Cuántos demagogos hablan en nuestro país? El servicio de Inteligencia teniendo tanto que hacer siguiendo mis pasos, felizmente no me había desaparecido como hicieron años atrás con los estudiantes de la cantuta, al fin de cuentas Villarreal tenía el sello de “Aprista” no terruca. El Dictador, creyéndose el único dictador. Esa noche no se hablaría del Dictador Fujimori, esa noche se hablaría del Dictador Velasco de Perú y Torrijo de Panamá, como nos había revelado en el trayecto Don Samuel. Qué bajo había caído Sra. Decana, Sr. Rector, Sr. Director de Escuela, ustedes, los “genios de mi formación profesional”, como solía llamarlos Godo, habían caído bajo, solo por congraciarse con el Dictador Fujimori. Felizmente ya había previsto algún movimiento de última hora, aunque nunca me imaginé hacerlo así, suspendiendo las clases con el apagón de todo el pabellón. Qué importaban esas clases, qué importaban esos estudiantes, esos profesores, había que defender al Dictador. En esas reflexiones estaba, cuando Godo me indicó que él llevaría a Don Samuel al Auditorio y yo me dirija al aula Nº 1 a avisar. Por favor, conserven la calma, en orden por favor, pasen al auditorio de Ingeniería Geográfica. ¿Qué ha pasado? Nada, un corto circuito, nada que no se pueda solucionar.

No escuché la conferencia. Entre coordinaciones, fotos, atención al invitado. ¿llegó la prensa? Preguntó Don Samuel, aún no. Llegó América Televisión y no los dejaron entrar, me avisaron después, ni modo. Discúlpenos Don Samuel. Al otro día sólo una nota en el comercio “El recordado Empresario Peruano Don Samuel Drassinower Katz volvió a las aulas universitarias”. Por mi parte yo tendría el video que estaban grabando de la conferencia y podría verlo en la tranquilidad de mi casa.

- Pero cómo se te ocurre.
- Es el único que se ofreció a grabar la conferencia.
- Ni modo, espero que cuando todo pase, lo podremos ver, es tu pata ¿no?
- Si, pero no creo que lo recuperemos, dice que su hermana se lo quitó y lo destruyó.
- No creo que sea capaz de tanto, yo creo que lo ha guardado.

Que lo expulsen al él también por huevas. Esa noche después de la conferencia, mientras llevábamos a nuestro invitado de regreso al asilo. La Decana había decomisado el video, nada más que a su hermano, que era estudiante de la Facultad, y a muchos otros los había amenazado con llevarlos a disciplina, e incluso quitarles las medias becas y otros beneficios por estar muchos de ellos entre los primeros puestos de la promoción

Decidimos tomar el Toro por las astas y al siguiente día estábamos en el rectorado pidiendo una entrevista con el Rector. Nos atendió amablemente su asistente quien nos dijo que teníamos que hacer una solicitud simple pidiendo una entrevista y los motivos para ella. Salimos he hicimos una solicitud de tres paginas, para cuando terminamos de redactarla ya eran más de las 5 de tarde y el rectorado estaba cerrado. Esa noche en casa, mi hermano mayor me ayudó a reducirla a una página poniendo “queriendo tratar los siguientes puntos primero…” según mi hermano los detalles no eran importantes en la solicitud, esos detalles son para cuando ustedes se entrevisten con él, en líneas generales se pone el motivo y listo. Al siguiente día por la mañana presentamos la solicitud y en la tarde estábamos frente al Rector. Lo primero que le preguntamos ¿Por qué había ordenado dejar sin efecto la Conferencia del Sr. Samuel Drassinower? ante lo cual se mostró sorprendido manifestándonos que nunca se había enterado que su amigo Samuel, iba y había dictado una conferencia en su universidad, y que por el contrario le parecía bien nuestro proceder de llevar personalidades a las aulas. No dijimos nada más, por sus expresiones nos dimos cuenta que estaba a la altura de Don Samuel, y que difícilmente personas como él se echarían por un Dictador.

Después de ello continuamos con nuestra rutina, los amigos del segundo año dejaron de buscarnos y la decana y ningún profesor habló más del asunto. Llevamos dos invitados más a dar conferencias. El final de nuestra formación también llegaba a su fin. Por mi parte dediqué mi graduación a mi familia. Godo lo hizo a “los genios de mi formación profesional”, para él, el problema del país era que “no son genios los que faltan, son los hombres de decisiones correctas los que no están en acción” esa frase era (supongo que aún lo es) su razón de ser y su impulso. Hoy he decido buscarlo, después de la universidad, cada quien siguió su rumbo. Sé que sus ideas y su impulso siguen allí vigentes.

Talvez Fujimori nunca se enteró de lo que se hizo por su nombre, pero dictaduras como las que él encabezaba, hacen que personas mediocres, por miedo, sobonería, por deudas o favores políticos actúen también como dictadores.

Lima, 15 de julio del 2010.

viernes, 11 de junio de 2010

Twitter Vs. Blog

Hoy cumplo 9 meses de mi primera publicación a través del Blog, por esos tiempos también conocí la experiencia de escribir en Twitter, y me dejé ganar por ese medio, adictivo a veces, que al final no continúe publicando más escritos por este medio.

Debo reconocer que hasta mi inspiración se vio reducida a 140 caracteres, pero no por ella desaparecida; sin embargo, reconozco de Twitter, el haber proporcionado un medio para la práctica “forzada” de síntesis, que espero aprovechar mejor al momentos de volver a tomar la senda de un escrito sin límites, solo por la inspiración.

martes, 12 de enero de 2010

Porque no soy fujimorista

En mi búsqueda de entender al Fujimorismo y a mi también he aquí algunas conclusiones:

- Yo soy fujimorista porque mejoró las carreteras… yo no lo soy porque convirtió las fábricas de la Av. Argentina-N.Ayllón en almacenes
- Yo soy fujimorista porque llevó luz a mi pueblo… yo no lo soy porque mucha gente después no pudo pagar el servicio.
- Yo soy fujimorista porque construyó colegios… yo no lo soy porque empeoró la educación pública (No se preocupo por los Maestros)
- Yo soy fujimorista porque acabó con el terrorismo… yo no lo soy porque con ese argumento nadie podía reclamar los excesos.

- Yo soy fujimorista porque terminó con la inflación… yo no lo soy porque pagamos un alto precio y al final se dieron la danza de millones.
- Yo soy fujimorista porque trajo modernidad al Perú… yo no lo soy porque el centralismo no cambio (Lima se hizo más Perú)
- Yo soy fujimorista porque disolvió el Congreso… yo no lo soy porque al final volvieron los mismos otorongos.
- Yo soy fujimorista porque nos repartía alimentos en los comedores… yo no lo soy porque con sus asistencialismo nada cambio.
- Yo soy fujimorista porque creo más universidades… yo no lo soy porque con su sueldito pudo mantener a sus hijos y sobrina en el extranjero.
- Yo soy fujimorista porque construyó postas medicas en mi pueblo… yo no lo soy porque en esas postas no había doctores.
- Yo soy fujimorista porque ya no viajo colgado en los micros… yo no lo soy porque mucha gente murió con la “combi-muerte”
- Yo soy fujimorista porque acabo señalizando la frontera con Ecuador… yo no lo soy porque regalo Tywinza.
- Yo soy fujimorista porque pude comprar roba barata (usada)… yo no lo soy porque ahora existe los mercados de ropa robada.
- Yo soy fujimorista porque trajo trabajo (para Keiko)… yo no lo soy porque la riqueza llegó solo a unos pocos.
- Yo soy fujimorista porque trajo tecnología al país… yo no lo soy porque la uso para renunciar vía fax.
- Yo soy fujimorista porque ahora el Perú se vende al mundo … yo no lo soy porque acabó con los derechos laborales.
Y para terminar porque no soy fujimorista (solo lo fui al votar por él el 90 cuando creía en el candidato que proclamaba “honradez, tecnología y trabajo”) porque no lo fui más y no lo volver a ser. La excepción que confirma la regla:
- Yo soy fujimorista porque trajo tecnología al país: gracias a los videos de Vladimiro Montesinos descubrimos la corrupción.